sábado, 30 de enero de 2010

Débitos no contraídos

Por mucho que lo creáis quienes tenéis vocación de víctima, héroe o mártir, no os debo nada. Nada. Quien tenga que pagar, que pague. Yo no.
Ni a las mujeres por ser hombre, ni a los homosexuales por ser heterosexual, ni a los guapos por ser feo, ni a los sanos por ser gordo...
Estoy de vuestra parte sólo si vosotros lo estáis de la mía. Y no me siento culpable por ello.
No a las mujeres que creen que todos los hombres son cavernícolas y se duermen en la ópera; no a los homosexuales que se creen discriminados si les tratas como a todo el mundo; no a los guapos fotocopiados que te miran de arriba abajo como si dieras asco; no a los sanos de ecotienda que te consideran un agente contaminante.
Vive y deja vivir.

lunes, 25 de enero de 2010

El chino en chino o lo que sea

Hay un chino a la salida del metro de Argüelles. No digo está, digo que hay un chino allí, porque estar siempre equivale a haber. No digo un restaurante ni una tienda: un chino de China o de Korea o de Vietnam o de Tailandia... No sé.
Vende flores los viernes y sábados a las parejas que van o vuelven de cenar; los días de diario puede ofrecerte bambús de la suerte o juguetitos articulados de madera. En navidad vende gorros de papá noel o cuernos de reno de felpa con luces. Cuando llueve, paraguas. En verano lleva bebidas frías en una mochila.
Ni mira ni se acerca a nadie. Solo sonríe, se inclina servilmente y muestra su mercancía repitiendo una cantinela insistente e indescifrable, unas palabras que ninguno de quienes pasamos por allí parecemos escuchar. No nos importa lo que diga el chino. Si te pilla la lluvia, tienes sed o quieres dar la campanada obsequiando de baratillo a la pibita que te has llevado a comer shushi (es muy pijo el shushi, pero no es chino, es japonés), te aproximas tú a él y le gritas señalando ¿cuánto?; reduces a la mitad la suma de lo que te diga y te alarga las dos manos, una con la palma en cuenco y la otra con el paraguas, la cerveza o la flor. Sonriendo y mascullando la canción esa que no para de repetir. Qué se yo lo que dice. Algo raro en chino, coreano, vietnamita o tailandés, que te persigue unos metros mientras te vas sin decir adiós.
¿Sabéis lo que creo que dice el chino mientras sonríe, mientras nos muestra cómo sus paraguas se abren y se cierran, mientras se recoloca el manojo de flores, mientras mueve con maestría el juguetito articulado de madera? Nos maldice. Que te parta un rayo, que te mueras pronto, ojalá no llegues donde vas... Yo, si fuera el chino, diría eso.

domingo, 24 de enero de 2010

De lunas

Helena, con h-, se llama una de las lunas de Saturno.
Helena, por lo que me cuentan, también es un puntito brillante que orbita lejos del ruido.
; )

Para Helena Arranz

martes, 19 de enero de 2010

Haiku por haiku

El viento fresco vive
dentro
y pasa las hojas del libro
abierto
que regala un amigo.


Para Chuchi, equilibrio.



domingo, 17 de enero de 2010

O mores

Si existe el derecho consuetudinario, es decir, la legalidad por la tradición, y el hombre es un animal de costumbres, y la historia humana ha venido repitiendo sin cesar, y con excusas variadas, actos como las guerras de los ricos en las que mueren pobres, el expolio de los que no se pueden defender y el egoísmo de los poderosos que siempre quieren serlo más, entonces comprendo que sea "legal" no intervenir en los conflictos olvidados de África y que los terremotos en los que mueren 200.000 personas sean considerados catástrofes "naturales". Estamos acostumbrados a lo injusto.

martes, 12 de enero de 2010

De vuelta y media

Si la mímesis o imitación es de por sí una falsedad, es decir, la mentira de aparentar ser lo que no se es, y la imitación es el modo más sincero de admiración, entonces la admiración es siempre un fingimiento. ¿No?
Podemos decir, por tanto, que las mariposas que se mimetizan intentando parecer los ojos de un búho ¿admiran falsamente a los búhos?