Lo dicho: ayer estuve en la Feria del ganado escritor y publicante. Y, como dije, no molesté a ningún escritor que mereciera la pena. Encontré dos. Uno solo y callado, el otro departiendo distraído con un librero-editor condescendiente-servicial.
Os remito a sus libros. No los compré, pero lo haré. No los he leído, pero lo haré. No les pedí la dedicatoria, y no me arrepentiré de ello.
Os remito a sus libros. No los compré, pero lo haré. No los he leído, pero lo haré. No les pedí la dedicatoria, y no me arrepentiré de ello.
http://elkebrantaversos.blogspot.com/2009/01/yo-tambin-puedo-escribir-una-jodida.html
Ya me contaréis. Ya os contaré.
Ya me contaréis. Ya os contaré.
joven y loco soñador, perdido en todas las batallas imaginarias de la noche. Ah, te escribo sin saber que eres poeta, como lo soy a veces. El autor de arde el monte, ahorita en minúsculas, soy el que ríe y habla, Juan Tomás. Gracias por fijarte en mi libro. Si te lo lees, seguro que me escribes. Estoy en Malabo.
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