lunes, 14 de diciembre de 2009

Siempre nieva a gusto de todos

Por lo menos en Madrid. Vemos tanto gris, que nos deslumbra el blanco. Estamos tan inmersos en la saturación que el manto uniforme y liso nos arrebata. Estamos tan acostumbrados a que nadie sepa exactamente de dónde viene, que las huellas en la nieve nos parecen pruebas imborrables y sorprendentes de que hemos andado.
Lástima de nieve sucia a los bordes de las calzadas; lástima de nieve helada sobre los cartones que resguardan al indigente de los grandes almacenes. Lástima de copos que caigan sobre las barbas de los papanoeles de mentira, cansados y severos, agitando sin ganas campanillas de hojalata en la puerta de las tiendas.

viernes, 4 de diciembre de 2009

¡1.000 visitas!


Vale. Sí...
Confieso que de vez en cuando miro ilusionado el contador ese que hay por ahí abajo. Lo puse para ver si alguien leía esto, y me encuentro con que la cantidad de visitas ha ido subiendo y subiendo y subiendo, sin prisa pero sin pausa.
De acuerdo: por lo menos 100 (o más) son mías: entre que cuelgas el post, lo revisas, lo corriges, se te ocurre la última frase... Pero ¿Y las otras 800 y pico o 900?
Si cuando superamos las 100 hice fiesta porque ya supe que había alguien al otro lado, imaginaos ahora, pasadas ya las 1000.
Una botella con mensaje de náufrago que llega a mil playas.
Gracias.
¿Seguimos?