viernes, 1 de noviembre de 2013

Una para el Día de Difuntos

La muerte y su atractivo morboso; Eros y Tánatos como impulsos vitales; los muertos omnipresentes que no se van nunca del todo hasta que morimos nosotros con nuestros recuerdos...
Os sugiero que visitéis esta inquietante página sobre el desasosegante fenómeno de la fotografía post mortem.
Lo peor es que en muchos casos es difícil identificar quién es el muerto.
Somos lo que somos y no somos casi nada; no hay más...
Aquí tenéis un adelanto truculento. Sirva como aviso a las almas cándidas.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Me gustaría escribir un poema

Me gustaría escribir un poema,
pero no doy para más...
Leer,
leo muchos.
Aunque algunos los entiendo,
la mayoría solo los siento como un relámpago o un cosquilleo.
Pensar,
se me ocurren versos sueltos
a veces,
en el autobús, bajo la lluvia, después del café...
Pero escribir
es materializar,
y ahí tropiezo conmigo mismo y mi desgana
y mi sinceridad absoluta
del
para qué.
Tantos poetas, tantos poemas que nunca se llegarán a leer,
y que no importa que nadie lea...
Total, uno más.
O uno menos.

viernes, 2 de agosto de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 7

Arenal árido
que no es desierto
sino cuna de fantasmas
secos y cuarteados.
Pauta de piel
cuyo reflejo afrutado
despierta deseos insatisfechos

de antemano.

martes, 30 de julio de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 6

Dejaste rastro tras de ti
con tantas prisas:
el hueco de la almohada,
un vestido azul sobre la silla,
el eco de tus pasos en la entrada,
un vaso boca abajo en la cocina,
silencio en el salón,
la ropa limpia tendida,
tu peine en el lavabo
y... mi vida
tirada en un cajón

 de la mesilla.

sábado, 27 de julio de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 5

Nunca fuimos de esos
que se graban corazones
o iniciales
en los brazos, tatuados,
o en las cortezas de árboles.
De haberlo hecho, seguro,
cuando marchaste,
hubiera quedado tuyo
el corazón y mi nombre,
y mía la flecha perdida,
clavada justo ahí
donde dejaste
ayer tiradas

tus llaves.

miércoles, 24 de julio de 2013

domingo, 21 de julio de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 3

Te olvidaré silbando,
tal vez fume,
o beba algo
mientras enlazo los dedos
adoptando
esa postura de sala de espera.
Haré crucigramas,
escucharé la radio,
saldré de paseo,
compraré velas...
¿Te olvidaré llorando?

¿Te olvidaré a oscuras?

jueves, 18 de julio de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 2

Mi añoranza de brazos insípidos y vagos,
de perezas gemidas y apagadas,
de azulados rincones de silencio entre sábanas,
de perfiles a contraluz de amanecer esperado,
mi emergencia de aire frío
y la alargada somnolencia,
esas son, inciertas, muertas,

las huellas que dejas.

lunes, 15 de julio de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 1

No estás esta noche.
Se diluye la alborada
en el agua ennegrecida
de los charcos del asfalto.
Noto el olor
de mi barba mojada
y veo, absorto,
que el corazón me late
al mismo ritmo

que el semáforo en ámbar.

Sinvergüenza: más poemas (¿poemas?)

Como lo soy (sinvergüenza, inconsciente, incapaz de respetar el arte y lo que significa, desdoro de poetas y desdicha de ingenuos), me atrevo a publicar desde hoy, para todos ustedes (si tienen el gusto y el valor de terminarlos de leer), la segunda parte (Un vestido azul sobre la silla) de aquel libro de poemas (Ni nos queda ya París) del que ya fui colgando, hace tiempo, una primera (Cenizas mojadas) que, sorprendentemente, no tuvo la acogida que merecía sino una mucho mejor.
Suplico su perdón, queridos lectores, pero es que me aburro...