viernes, 12 de noviembre de 2010

Igualdad entre desiguales

Me asusta que hayamos refinado el concepto de racismo en el de xenofobia: ya no hace falta ser de otro color para que te desprecien, solo tienes que ser de otra parte (si eres de aquí, te pueden discriminar allí; si eres de allí, aquí). Es una idea mucho más amplia y alambicada.
Me aterroriza que hayamos refinado el concepto de machismo en el de ideologías políticas autoritarias y tradicionalistas, y el de feminismo en el de ideologías políticas progresistas y modernas. Aquí, la cuestión está aún más destilada: si quieres ser moderno-progresista has de estar a favor del feminismo, o sea, de la discriminación positiva (contradictio in terminis), y si no lo estás, por eliminación de matices, eres machista y se te toma por partidario del tradicionalismo autoritario retrógrado. Ahora no hace falta ser machista para que te consideren agente de desprecio, sólo hace falta ser no feminista (incluso, para ciertas perspectivas radicales, menos mal que minoritarias, basta con ser hombre).
Así, uno puede leer por ahí que algunos gurús del neoliberalismo -y otros no tan neoliberales-hablan de que el modelo multicultural está trasnochado, que ha demostrado su fracaso y la alternativa es la asimilación. Desde la territorialidad de la idea de xenofobia, de ahí a la guerra de conquista hay un paso.
Y, por el otro lado de mis preocupaciones, uno puede escuchar por la radio la idea de que ser madre soltera tiene como ventaja principal que no tienes que correr detrás de tu pareja (se especifica que hombre, "marido" en este caso concreto) para que te ayude con el nene. Y el locutor (da igual que fuese locutora), asintiendo y afirmando la razón de tan lúcida reflexión. O te enteras de que en facultades universitarias con Rectora (magnífica, que todo hay que decirlo), profesorado mayoritariamente femenino y un porcentaje de alumnas que supera el 70%, las becas de colaboración tiene reserva por discriminación positiva de género... para mujeres.
¿Y si eres de los que piensan que toda discriminación perpetúa un problema cambiándolo de lado de la balanza? ¿Y si eres de los que creen que ser blanco y varón no es un mérito ni un demérito frente a ninguna otra caracterización de rasgos irrelevantes para casi todo (quizá excepto para cuestiones ginecológicas-urológicas y para comprarse una protección solar de mayor o menor factor? ¿Y si crees que es tan injusto y absurdo pensar que todas las niñas que jugaron con muñecas son buenas mamás y todos los niños que tenían balón son malos papás?
¿Dónde me coloco? ¿Eh? ¿Eh? No soy racista, ni xenófobo, ni machista, ni feminista, ni discriminador. Ni quiero ser discriminado. Ni siquiera positivamente.
No convirtamos en ideología lo que debe ser acción, en sistemático lo que tiene que dar respuesta a situaciones determinadas y localizadas. Los estereotipos y las medidas de conjunto borran las diferencias que nos enriquecen.

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