
Se trata de una historia de fondo previsible pero plagada de sorpresas que enriquecen el cuadro y resuelta con un estilo que a veces suena a Cervantes, en ocasiones a Delibes, a Baroja... Es la autobiografía indirecta (autobiografía de segunda mano, de la que Bayal se hace portador) de un viejo profesor de latín, cuya personalidad está marcada por vínculos indelebles con su medio rural originario y que vive en propia piel la evolución de la España del siglo XX. Se proyectan sobre ese fondo los contornos de constantes disquisiciones filosóficas, ideológicas y lingüísticas, propias de quien no ve, sino que observa y analiza, a todos los niveles, la realidad circundante.
Es un libro de literatura y de sabiduría. Es a la vez narración y pensamiento. Y es lenguaje en desarrollo: juego recurrente con la relación entre las palabras y su semántica, su etimología, la lógica de su morfología (que es a la vez la lógica de su significado relativo; al menos desde el nominalismo cotidiano).
Canela fina. Para los degustadores y quienes quieran aprender el arte de la cata literaria.
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