martes, 27 de octubre de 2009

Otroyo

He usado, para alguna boda, americana y corbata. En ocasiones he pensado que me pega conducir un todoterreno. Durante un tiempo llevé el pelo largo; a veces me hacía coleta. Recuerdo que me compré hace años un disco de Lenny Kravitz. Me han llegado a decir que tengo gracia cuando me tomo dos copas o me pilla el día irónico. Y conservo por ahí guardado un libro de Antonio Gala y otro de Dragó, que me regalaron de buena fe.
Es difícil ser uno mismo esquivando tanta trampa...

martes, 20 de octubre de 2009

A otra cosa, mariposa

Al salir a la calle le sorprendió la lluvia. Sin paraguas, sin chaqueta, con sueño, los ojos pegados y el pensamiento espeso. Nunca mira por la ventana al despertar porque si lo hace le entra el vértigo del día en blanco: ver amanecer y no saber uno con qué llenar esa claridad, hasta que añochezca por fin.
Como la magdalena a Proust, el agua fría y limpia le sacó del ensimismamiento del sueño para colocarle en el de los recuerdos, y sintió con viveza cómo caía la lluvia sobre las canicas de su infancia, sobre sus juguetes desperdigados por el patio; cómo se mojaban sus libros esperando el autobús para la facultad; cómo llovía tras los cristales durante la primera clase que dio, lírica renacentista. Decidió no moverse, no correr a refugiarse, recibir toda la lluvia para que en ella se disolviera su terrón de tristeza mañanera.

Todo tiene nombre 10

Creer que todo tiene nombre. Se llama presunción de inocencia.

lunes, 19 de octubre de 2009

Todo tiene nombre 9

Cruzarse por el pasillo con alguien a quien quisiste y que ya no te quiere. Se llama travesía del desierto.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Todo tiene nombre 8

Estar solo en una enorme biblioteca, rodeado de miles de libros. Se llama libretad. E insuficiencia.

Todo tiene nombre 7

Ese reconfortante y anulador par de horas ante la televisión antes de irse a dormir. Se llama esparcimiento (dispersivo).

domingo, 4 de octubre de 2009

Todo tiene nombre 4

Demasiada sal en la sopa para la hipertensión de él: allá te exploten las arterias y no me entra sosa; ventanas cerradas para el asma de ella: no respires el aire que necesitas y hay corriente; ni miradas ni sexo ni tema de conversación. Se llama convivencia de pareja.