martes, 9 de noviembre de 2010

Estudiar, dormir, tal vez soñar...

Lo había oído; pero ahora lo he comprobado: cuanto más estudias menos sabes. Quizá tengas más posibilidades de aprobar, pero el abismo de lo que queda incompleto o irresoluble te come poco a poco el espacio de luz que ilumina lo que estudias.
A ver si escarmiento de una vez y empiezo a creerme lo que decía Sócrates, el sabio, y me conformo con llegar a saber que no sé nada, que no es poco... Y espero que eso no me lleve a la cicuta.
(Adjunto a la derecha fotografía del susodicho en tamaño familiar: ved qué cara de tío normal tenía el muy filósofo. Da qué pensar... Tengo la impresión de que en cualquier momento me lo encontraré por la calle y me hablará irónicamente del sistema educativo actual.)

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