Mi añoranza de brazos insípidos y vagos,
de perezas gemidas y apagadas,
de azulados rincones de silencio entre
sábanas,
de perfiles a contraluz de amanecer
esperado,
mi emergencia de aire frío
y la alargada somnolencia,
esas son, inciertas, muertas,
las huellas que dejas.
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