lunes, 15 de julio de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 1

No estás esta noche.
Se diluye la alborada
en el agua ennegrecida
de los charcos del asfalto.
Noto el olor
de mi barba mojada
y veo, absorto,
que el corazón me late
al mismo ritmo

que el semáforo en ámbar.

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