sábado, 27 de julio de 2013

Ni nos queda ya París. Un vestido azul sobre la silla 5

Nunca fuimos de esos
que se graban corazones
o iniciales
en los brazos, tatuados,
o en las cortezas de árboles.
De haberlo hecho, seguro,
cuando marchaste,
hubiera quedado tuyo
el corazón y mi nombre,
y mía la flecha perdida,
clavada justo ahí
donde dejaste
ayer tiradas

tus llaves.

2 comentarios:

  1. "Pero dolió más cuando yo no tenía marca que borrar, pues no podía cortarme el pecho con un bisturí y sacar de mi corazón ese sentimiento que me apretaba el pecho, aunque intentaba decirme que ese dolor era sólo una ilusión de la mente"

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  2. Tienes un estilo sorprendentemente profundo. No dejes de escribir. Tienes mucho que decir.

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