jueves, 18 de junio de 2009

TV y literatura

Mucho se habla de cine y literatura (es un tema clásico en los cursos de verano de cualquier universidad), pero menos se trata de las relaciones de esta última con la televisión. Como breve reflexión inaugural de esta nueva línea temática, hoy me pararé en dos series televisivas que tienen, en mi opinión, algo de literario: Perdidos y House.
Repito: tienen algo de literario; no son adaptaciones de ninguna obra concreta ni su base es libresca, al menos no de manera demasiado evidente, pero tienen ese no sé qué que llamamos literatura y que a veces se queda demasiado encerrado en la actividad de leer. Ni es literatura todo lo que se lee, ni la lectura es el ámbito único de la literatura...
Es cierto que House es una recreación de Sherlock Holmes, y los personajes de Perdidos remiten claramente a Robinson Crusoe, pero de ahí en adelante, todo es más difuso. ¿Por qué me parecen literarias estas series? Por la importancia de su factor narrativo y estilístico. Esa es la clave. Parten de factores propios de la escritura literaria y producen sensaciones paralelas a las de la lectura de una obra literaria.
Son literatura que no se lee, como los escritores que no escriben siguen siendo escritores.

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