viernes, 21 de agosto de 2009

Mierda de libros

Me encuentro, curioseando por ahí, que es la forma más útil de perder el tiempo siempre un poco huero de las vacaciones, con un libro que hace saltar todos mis resortes de atención: Cómo cagar en el monte.
Sí, sí. No es broma. Se trata de un manual -no creáis que es uno de esos libros con título extraño y contenido indefinidamente relacionado con él; su propósito es práctico- que ha obtenido un éxito de ventas más que notable entre los aficionados al senderismo y al excursionismo en general. Defecar en lugares elegidos según una serie de criterios razonables, desmenuzar la deposición y enterrarla a un palmo de profundidad, son las líneas maestras de la técnica descrita.
Dos cosas que me inquietan, al margen de la motivación de su autora, asunto en el que no pienso profundizar (Ni hablar... Me da grima...):
Primero. ¿Quién narices necesita que le enseñen a cagar en el bosque? Mucha gente, a juzgar por el ya referido alto número de ejemplares vendidos. ¿Deberíamos amaestrar a los animales salvajes para que adquirieran la costumbre de hacerlo según las normas que el libro propone? Sin duda sería más (?) ecológico ¿no? Más papistas que el papa, más ecológicos que la naturaleza.
Segundo. ¿Hay temática sobre la cuestión? Pues sí. A poco que uno se ponga a ello, encontraremos en la biblioteca de la caca, libros como (y dejo al margen los dedicados al público infantil y el control de sus esfínteres, del tipo El libro de la caca, o Adiós, cacas, adiós) Caca: una historia natural del innombrable (¿No era este el diablo?), o A la salud por la cagada.
Si leéis alguno de estos educativos títulos, no dejéis por favor de ponerme un comentario ilustrativo.

2 comentarios:

  1. Hace un tiempo un "artista" italiano puso a la venta un nuevo producto revolucionario, la "mierda de artista". Unas laticas con 30 gramos de excrementos que se vendían al peso y según la cotización del oro en el momento de la compra.

    http://www.pieromanzoni.org/SP/obras_mierda.htm

    Y hubo quien las compró, llegando a pagarse 124.000 euros. Pero lo más gracioso es que encima era mentira. No era "mierda de artista" sino simple yeso... a no ser claro, que la inscripción "mierda de artista" no correspondiera al contenido de las latas sino a la firma del "artista".

    http://www.elconfidencial.com/cache/2007/06/11/10_celebre_conservas_manzoni_contiene.html

    ¿Qué me dices de esto Juan?

    Por cierto, cuando me toca explicar en clase el tema de la creación de empresas, utilizo estas noticias como ejemplo, para demostrar que un producto no es necesariamente algo útil, bonito o de calidad. Cualquier cosa es un producto desde el momento en que consigues que alguien lo quiera comprar y pagar... aunque sea "una auténtica mierda"

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  2. Sí, recuerdo la noticia.
    Sólo puedo decir que la gilipollez del homo consumitor es inabarcable. Y que el arte es un campo en el que la abstracción ha llevado al sinsentido, y éste al ridículo.
    La verdad es que, nunca mejor dicho, estas cosas no sé por dónde cogerlas.

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