domingo, 16 de agosto de 2009

Tormentas de verano 2

- ¿Aquí mismo?
- Aquí mismo, Manolo. Planta la sombrilla, que yo voy sacando las toallas.
- ¿Me has cogido el periódico, Maite?
- No. Te he traído ese libro gordo que me echaste en la maleta. Hijo, de verdad... No sé cómo puedes ponerte a leer en la playa.
- ¿Por qué?
- Hombre, aquí se viene a tomar el aire, el sol, a desempolvarse, no a seguir como si estuvieras en el despacho, igual que en casa, todo el día con la cabeza agachada...
- ¿Has traído tortilla de patata o ensaladilla?
- No. Hoy comemos de restaurán.
- ¿Y ese dispendio a qué viene? Te cobran un riñón por una mala ensalada...
- Me ha dado por ahí. Mira tú...
- Pues no te entiendo.
- Que hay que salir de la rutina, Manolo. La tortilla la tienes en casa todos los días. Vamos a comernos hoy una buena paella.
- Sí. La verdad es que la paella no la comemos mucho en casa. Te sale fatal. Y mira que no es difícil.
- Hay que cogerle el punto al arroz y no se lo tengo cogido. ¿Qué le voy a hacer? Una no es perfecta. Hoy, paella en el restaurán. Saca la radio, porfa.
- Deja la radio...
- Anda, que empieza la tertulia del Losantos...
- ¿Pues no la escuchas todos los días en casa? Estamos en la playa, leche. Desempólvate.
- No me hinches las narices, Manolito. Saca la radio del bolso rojo.
- Y veo que no has traído la tortilla, Maitechu, pero sí que te has surtido de pipas: con sal, sin sal y peladas.
- Cada uno se entretiene como quiere.
- Como en casa: radio y pipas. Igual que en casa, todo el día con la oreja pegada y click-clack, pff, click-clack, pff.
- No me jorobes... y pon la radio.
- Sí mujer. Es verano. Alcánzame el libro.

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