martes, 18 de agosto de 2009

Tormentas de verano 3

El vuelo estaba siendo tremendamente tranquilo. El aeroplano surcaba un cielo azul sin la más mínima señal de nubes en el horizonte, sin apenas viento, sin novedad.
Por eso resultaba tan extraño que el pasajero 134 ventanilla no parase de vomitar. Nada se movía. No había vibraciones. Ni se alteraba el agua del vaso que le llevaba, por tercera vez, la azafata sobre una bandejita amarilla. El hombre, entre náuseas, miraba por la ventanilla como buscando aire. Pero ya tenía las salidas de ventilación abiertas al máximo. El pelo hasta le ondeaba con la corriente.
Su acompañante no se mostraba muy preocupada. Sonreía afectuosamente cada vez que una señorita uniformada hasta en la sonrisa se interesaba por el estado del caballero. Les decía que no sepreocuparan.
-En un momento se le pasa... Ya verá.
-¿Se va sintiendo mejor?
- No. - Respondía él, con la cabeza medio metida en la bolsa de papel, desalojando de nuevo. Y miraba por la ventanilla, agobiado.
- ¿Está enfermo? ¿Algún problema digestivo? No puede ser que esté mareado...
- Es psicológico. - Afirmó la señora, sonriendo a la azafata. - Hágame caso. No es la primera vez.
- ¿No? ¿Y a qué se debe? Quizá debería visitar a un médico en cuanto llegue a su destino.
- Ya lo hemos hecho, querida. Dos psiquiatras. Ambos estuvieron de acuerdo, después de unas cuantas costosas sesiones, en que no era más que una fobia.
- ¿Al avión? ¿Y la exterioriza con el vómito?
- No. Es su ex. Vive justo en la ciudad que sobrevolamos ahora mismo. Allá abajo. Ni le cuento lo que ocurre cuando viajamos en coche y tenemos que pasar por este lugar...

2 comentarios:

  1. Son imaginaciones mías o has cambiado a la madre por la ex?

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  2. No te lo imaginas. Es así.
    Después de releerlo no me cuadraba la madre en el esquema... Lo de la ex tiene fuerza y, aunque más tópico, resuelve de manera más directa una historieta que, de tan cortita como esta es, no creo que deba dejar flecos sin solución.
    Para que funcionara lo de la madre, tendría que haber dejado pistas del trasfondo y alargado el relato, antes de darlo por cerrada de modo tan brusco.
    Me gustan los finales abiertos, pero no los finales que son comienzos. No sé si me explico...

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